jueves, 4 de julio de 2013

SEMANA DE EXÁMENES. ¿Estamos aprendiendo algo?


Why do birds suddenly appear?
Close to you – Hal David 

 

Aunque inicialmente me había propuesto no incluir posts excesivamente vinculados a la actualidad urgente, hoy voy a hacer una excepción provocada por una coincidencia singular. 

La final de MasterChef del martes pasado y la presentación del trabajo de mis alumnos del Master MeDEA de la Carlos III ante el tribunal examinador han tenido lugar con menos de 20 horas de diferencia y en ambas hay un concepto que las vincula y al que hoy me referiré de manera muy preliminar, porque dará para mucho más: la TV Social.
 
 
 
MasterChef ha sido un programa no especialmente innovador, con un formato franquiciado por la BBC, que ha ido de menos a más en el share semana a semana, hasta las cifras record de la final con un 33% ( y un minuto de oro con más de un 47%) en estos tiempos donde es tan caro el doble digito. Además de su evidente éxito, con un equilibrio más que digno entre el producto bien hecho y el impacto popular, que otros analizarán mucho mejor que yo, ha contribuido a avivar las discusiones sobre el modelo de patrocinio de TVE, a pesar de provenir de otra televisión pública (NB: tal vez la discusión no habría sobrevenido con datos más modestos de audiencia, pero eso es otra historia).

Lo que hoy quiero subrayar es el magnífico trabajo que, en mi opinión, ha hecho el equipo de Medios Interactivos de RTVE, reforzando e incrementando la vinculación del espectador a través de las redifusiones y la segunda pantalla. Hasta hoy, el fenómeno emergente de los smartphone y tabletas de uso simultaneo a la emisión en la pantalla principal tenía un carácter casi testimonial y no siempre había una correlación entre la audiencia medida y el ruido de las redes. De hecho, era fácil inducir la importancia que existía en esa leve correlación de acuerdo con la franja de edad del público objetivo: más jóvenes, más ruido en redes, aunque no siempre más audiencia comercial.

Con MasterChef se ha marcado un record de participación en las redes. Casi un cuarto de millón de comentarios con más de 110.000 personas participando en el intercambio durante la emisión de la final.
 
Para mí resulta evidente que aunque esta no sea la única razón del éxito, la vinculación emocional de los espectadores y su participación han tenido un protagonismo crucial en el resultado final y abren la necesidad urgente de que los actores del audiovisual reconozcan de verdad la importancia del nuevo fenómeno, que no es tanto la de los televisores conectados (que aún no suponen una cifra crítica, e incluso no están conectados a pesar de ofrecer la posibilidad técnica) como la de el ESPECTADOR CONECTADO con diversos dispositivos y simultaneando actividades. Ese sí es un fenómeno del que ya no nos podemos desentender y al que hay que encontrarle métricas válidas como inteligentemente reclamaba hace pocos día Pablo Romero de Yomvi .
 
La segunda pantalla utilizada de manera inteligente refuerza el vínculo emocional de los espectadores con la emisión, la lealtad al programa y a la marca y estimula no solo la participación sino la compartición, con lo que tiene de valor de prescripción para la captación de audiencias adicionales. 

Los anunciantes ya andan sobre la pista de este nuevo comportamiento y los analistas avanzan en la comprensión del fenómeno ( ver documento Havas Media ). 

Yo pienso seguir muy de cerca este asunto, y mis chicas/chicos (Belén, Elena, Azeddine, Ismael, Orestes y Xavi) lo han entendido tan bien, que su proyecto POPAPP ha merecido la nota máxima.
 

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