jueves, 29 de agosto de 2013

LA NUEVA VOZ DE GARGANTA PROFUNDA. O como Mr. Bezos fue a Washington




Ah, but I was so much older then.
I'm younger than that now.
My Back Pages – Bob Dylan
Mientras discurría ese verano en el que los becarios de las redacciones reciclaban material sobre la ola de calor y los incendios, las vacaciones de cierta familia en Mallorca o el aniversario del suicidio de Marylin, en el resto del mundo seguían ocurriendo cosas. A principios de agosto, Jeff Bezos, fundador, presidente y principal accionista de Amazon, dedicaba una parte menor de su fortuna personal (250 MUSD) a comprar el Washington Post, ese periódico en el que nunca trabajaron Robert Redford y Dustin Hoffman.
Es muy difícil añadir cosas nuevas a todo lo escrito, que va desde las especulaciones gratuitas a la narración de lo obvio, pasando por los Jeremías contemporáneos que lloran por un mundo feliz, que siempre fue pasado (que es cuando ellos eran más jóvenes o les iba mejor). Pero no sería coherente que dejara sin comentar este hito que puede marcar muchas iniciativas futuras.

Me van a dejar que me remonte unos años atrás para citar un artículo tan seminal como premonitorio, escrito al alimón por Michael Porter y Victor Millar, y publicado en la Harvard Business Review del verano de 1985: How information gives you competitive advantage. Repásenlo, porque no tiene desperdicio. Y si aun tienen tiempo, busquen el Informe Nora-Minc de 1977, que ya emulaba a Verne con bastante acierto
Antes de Internet o de la telefonía móvil, ya estaba claro que la tecnología modifica la manera de competir y proporciona ventajas apreciables y duraderas a los que saben integrarla en su modo de hacer, no solo reduciendo costes sino integrando la información como un valor añadido apreciable del producto/servicio.
Lo que la digitalización, internet y la telefonía móvil han venido a suponer en esta concepción, es un fenómeno de aceleración en un proceso que ya era imparable antes de que la mayor parte de los baby boomers percibieran las señales y empezaran a mover ficha. Si para muestra basta un botón, repasen La Red,  escrito por Juan Luis Cebrián en 1998. Un texto con atinadas reflexiones y premonitorios análisis, que no le sirvió al autor para abordar las reformas de supervivencia en el grupo que ahora preside.
Lo que Bezos/Amazon haga con el Washington Post lo dirá el tiempo, pero seguro que tendrá mucho que ver con aceptar el protagonismo de la Red en lugar del mantenimiento ludita del papel y la inevitable aceptación del cents by dollar que impone la distribución digital masiva – los millones de usuarios del Kindle están a su alcance. Les recomiendo que lean la carta del propio Bezos a los empleados del WP a propósito de la adquisición (atención al cuarto párrafo).
Ya conocíamos la historia de compañías que se integran hacia atrás, sustituyendo o complementando a sus proveedores en entornos próximos como HBO o Netflix convirtiéndose en productoras. ¿No es este un movimiento equivalente?
Mientras tanto, no encuentro a casi nadie que explore lo que de valioso deben de tener las televisiones y radios comerciales para aprender de sus modelos de negocio. Llevan décadas existiendo gracias a los ingresos publicitarios, con sus vaivenes coyunturales, pero intercambiando audiencias por dinero con resultados sostenibles. No estaría mal que algunos de los que claman por la inviabilidad de sus negocios on line aprendieran algo de este triangulo virtuoso anunciante-medio-audiencia, más allá de lo trivial.
Buena rentrée.


2 comentarios:

  1. No me extraña que los directivos de las empresas periodísticas tengan miedo ante los cambios rápidos y profundos que se están produciendo en su negocio. Tampoco me extraña que sea necesario recurrir a personas nuevas con la mente abierta ante las nuevas oportunidades.
    Pero lo que más me extraña es el caso de José Luis Cebrián que habiendo demostrado ser consiente de lo que se avecinaba no hizo nada para que su empresa se viera afectada. No me explico que, a pesar de que su demostrado conocimiento podría hacer suponer que ha actuado con mala fe, haya podido mantener su puesto

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    1. La respuesta tal vez esté en los clásicos. Invito a repasar el pasaje de Lázaro de Tormes con el ciego a propósito de unos uvas.

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