martes, 1 de octubre de 2013

MALO, PERO AJENO, SABE A BUENO


We are vain and we are blind
I hate people when they're not polite

Psycho Killer – Talking Heads

Se termina Breaking Bad y aparece una legión de blogueros reventando el final y haciendo comparaciones con otras series. Voy por curiosidad a IMDB para ver ciertos datos de la trama, el reparto y la producción y enredado en el azul, que diría mi amigo Bob, entro en varias listas  de series con distintos criterios de ordenación para identificar un hallazgo, que no es que sea comparable al de la penicilina, pero que da para un post.

Casi todas las listas, en una posición u otra, incluyen no solo a Breaking Bad, sino The Sopranos, Dexter, Hannibal, Game of thrones, House of Cards, The Walking Dead, Boardwalk Empire o The Wire. Hay más, pero esta muestra me vale para la aseveración: el mal vende. Existe un atractivo especial en los malvados que hace que los guionistas de talento de estas producciones trabajen con mimo perfiles como el de el Dr. Lecter, Tony Soprano, Dexter, Nucky Thompson o el congresista Underwood, poniendo en la coctelera una irresistible mezcla de narcisismo, capacidad maquiavélica y ausencia de empatía, sobre la base de una inteligencia fuera de lo común.   





Lejos quedan los tiempos del abuelito Capra y la rectitud del Atticus Finch de Matar a un Ruiseñor. Es difícil saber si esta irresistible atracción hacia al mal es una forma de prevención para facilitar su identificación o por el contrario existe una propuesta oculta y terrible que sugiere que si eres lo suficientemente listo, lo auténticamente cool es ser malote.

Atención a los preocupados por el valor moral de los contenidos: los adolescentes consumen en masa estas series, sin restricciones ni contraargumentos morales, ni referentes contrapuestos de similar atractivo, porque estos personajes son absolutamente seductores. A veces digo en algún desierto que parece mentira cómo los temarios escolares siguen incorporando comentarios de texto similares a los de mi bachillerato para generaciones cuyo principal proveedor de conocimiento es el audiovisual, consumido de manera intensiva sin ningún tipo de guía ni norma. Será que se les ha pasado en las distintas revisiones de planes de estudio.

Por mi parte confieso sentirme fascinado por estas mentes perversas, supongo que por lo que tienen de transgresores, de individuos con limitaciones morales atípicas y escasos escrúpulos que soportan su comportamiento, que sería anómalo en nuestra realidad pero es convincente y seductor en la ficción. Me temo que el filón va a seguir siendo explotado y en el mundo de la interpretación no serás nadie si no has hecho de malo alguna vez. Especialmente porque la mayor parte de las películas con “buenos”, ofrecen una alternativa de escaso interés, por relamida o por banal.



O sea que a seguir viendo series tan fantásticas como éstas, pero como los niños listos, que distinguen a mamá de la princesa con escasos segundos de diferencia.

Y me voy, que he dejado una disección a medias.

 

1 comentario:

  1. PS: Casi olvidaba al alcalde Kane de Boss, con una introducción sonora en los títulos de crédito en la que el Zeppelin Plant invoca nada menos que a Satán
    http://www.youtube.com/watch?v=psqhLJUFM_Q

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