"When a true genius appears in
the world, you may know him by
this sign, that the dunces are all in
confederacy against him".
A Confederacy of Dunces - John Kennedy Toole
Los dos posts anteriores dedicados al dividendo
digital parecen incompletos sin intentar encontrar una razón para justificar el
singular escenario que se ha configurado.
Un repaso de los
principales actores podría ayudar en esta identificación con el clásico método
policiaco de descartar a uno o varios potenciales beneficiarios y a partir de
ahí, deducir un posible móvil (sin segunda intención).
Los operadores de LTE
podrían ser los principales sospechosos, pero un conocimiento apenas
superficial de sus actuaciones, permite concluir que aunque ganaron y pagaron
por el uso del espectro, la situación económica general, la escasez y coste de
terminales adecuados y las experiencias ya existentes en otras latitudes no les
urgen a ningún adelanto sobre la fecha inicialmente comprometida del 1 de enero
de 2015, como muy bien ilustraba Santiago Campos, Director General de UTECA, en
un reciente artículo de Expansión titulado Los ritmos del 4G.
Los radiodifusores de televisión, tal vez. Aunque no es menos cierto que TVE y las autonómicas bastante tienen con su dimensionamiento y las dificultades de encontrar financiación pública en la actual gymkana de recortes. Y las televisiones comerciales, a las que dedique el anterior post de esta serie, siguen en su cortoplacista batalla por robarse el share entre ellas y a las públicas para repartirse la menguante tarta publicitaria ignorando de facto la creciente importancia de los consumos audiovisuales alternativos que un escrupuloso análisis porteriano no debería haber pasado por alto (tal vez no lo hayan hecho, pero actúan como si no les importara). A ellos les vendría mejor más espectro, para pasarse cuanto antes a HD y poder seguir en la competición.
Podrían ser operadores
alternativos de cable/satélite o televisiones de pago, pero la historia
reciente muestra que en España ha sido una misión imposible romper la barrera
del 25% para esas formas de consumo y no creo que este trajín vaya a cambiar
eso.
La industria y los
instaladores, no pueden ser, porque cualquier pozo de agua es percibido como un
oasis en un desierto de obra nueva y actuaciones, y no está la situación como
para despreciar una oportunidad por reducido que sea el caudal del chorro.
Desde luego los
espectadores no son. La AUC, en un reciente comunicado,
pedía al Gobierno el mantenimiento de la actual oferta de televisión en
abierto. El ciudadano medio se rascó el bolsillo para tener TDT y difícilmente entenderá
un recorte de la oferta disponible.
Nos queda la
Administración, que a pesar de haber inquietado a todos los demás con este sí
es no es de la segunda transición con la ayuda de la sentencia del Tribunal
Supremo y el mantra de la reducción de costes, se metería en un jardín de
considerables proporciones y costosísimo resultado final si mantiene el
sostenella y no enmendalla.
No hay mayordomo y se
me han acabado los sospechosos. ¿Y si todo fuera consecuencia de un delirio?